Los sentimientos detrás el incendio

El fuego no cesaba, destrozó el techo madera, el área central, hizo caer la aguja de la catedral de Notre Dame en París y abrió una herida en el alma de Peggy Urquiola. Ella hace algunos años dejo Bolivia y se mudó a Francia y de manera regular iba a este monumento donde en un acto de fe rezaba por su familia, amigos y el mundo.

“La gente está en la calle, está rezando, la gente está haciendo dones para poder reconstruir esa catedral”, explicó Peggy. El incendio de este histórico símbolo de cultura europea despertó reacciones de ciudadanos de este continente.

Primeras 3 fotografías de la bóveda superior de la catedral que se incendió. Segunda fotografía de Notre Dame antes y después del incendio. Fotografías proporcionadas por Peggy Urquiola.

Ilona Peeters, belga y residente en Bolivia, sintió que fue una perdida irrecuperable. Quedó impresionada con lo que considera incapacidad de toma de medidas de seguridad y organización para salvar el inmueble. Según declaró Laurent Nuñez, secretario de Estado de Interior del Gobierno francés, el rescate de la catedral se decidió en 30 minutos.

Por otra parte hay quienes recordaron los momentos vividos en esta edificación. “…estoy muy afortunado que podía visitar la catedral muchas veces en mi vida y aunque ayer la perdimos la catedral de Notre Dame sigue viviendo en nuestros pensamientos.” Dijo Robin Vanderbroek, ciudadano belga, quien se une a los 13 millones de visitantes anuales que recibía este monumento.

Más allá de ser un símbolo religioso la catedral de Notre Dame representa 856 años de historia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es una de las construcciones más importantes del mundo y parte de la identidad europea.

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