¿Tus grupos de WhatsApp también son delictivos?
- Asli Guzman Peeters
- 5 jun 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun 2019
Con la oscuridad de testigo y los árboles que se alzaban como un escudo a las miradas ajenas, Kevin defendía el honor de su hermana menor Yara de 12 años, quien había citado, con un par de mentiras, a Rodrigo, un joven de 21, que decía tener fotografías intimas de ella.
Cuando Kevin se encontró frente a frente con Rodrigo lo inundó la adrenalina y poco le importaron las consecuencias, porque en ese momento defender a su familiar era su único objetivo. El enfrentamiento terminó con joven de 21 años besando los pies de la pre adolescente.
Conoce la historia completa de esta golpiza con la primera parte de una entrevista con Kevin.
Fuente: Elaboración propia, por motivos de privacidad no se filmó el rostro del entrevistado.
Descubre cómo terminó este encuentro con la segunda parte de la entrevista con Kevin.
Fuente: Elaboración propia, por motivos de privacidad no se filmó el rostro del entrevistado.
Yara todavía recuerda el día que le llegó un mensaje de una desconocida preguntándole si le había mandado su pack (fotos y/o videos íntimos sexuales) a Rodrigo, un chico que hasta entonces ella no conocía. El enojo y la incredulidad se apoderaron de ella más aun cuando el joven comenzó a contactarla, primero una solicitud de amistad en Facebook, luego una en Snapchat y por último Instagram, las cuales fueron todas rechazadas. Hasta el día de la golpiza propinada su hermana, la chica de 12 años vivió con miedo a las calumnias de un total extraño.
Escucha cómo Yara cuenta su versión de la historia.
Fuente: Elaboración propia, por motivos de seguridad la identidad de la fuente se mantiene privada.
Después de lo sucedido con su hermano, Yara fue agregada a un grupo de WhatsApp conformado por al menos 50 chicas entre 12 y 18 años y con historias similares que involucraban a Rodrigo,quien al ser mayor de edad y solicitar fotografías de menores incurría en el delito de pornografía infantil, penado según el artículo 183 de la Ley 2851 de la Organización de Estado Americanos con la privatización de libertad 4 a 6 años.
En Cochabamba este no es el único caso. "Con todo respeto" consultó con 5 jóvenes universitarios comprendidos entre los 23 a 26 años quienes admitieron que tener en sus teléfonos móviles fotografías y/o videos sexuales de colegialas del departamento es algo común, hubieron incluso quienes explicaron que hablar con menores de edad con intenciones sexuales o románticas es algo normal.
Capturas de pantallas de conversaciones con los jóvenes consultados que admiten tener este tipo de material.
Fuente: Elaboración propia, nombres fueron borrados por motivos de privacidad.
“Yo te digo que nos ha llegado directo obviamente se estaba difundiendo y es pornografía infantil y te das cuenta que eso era muy común en el colegio que todo el mundo se pasaba y te llega sin que tú pidas y va más allá de la madurez porque pienso que la niña no ha pensado en absolutamente nada…”, explicó J. A., un joven estudiante universitario de 23 años, que asegura que nunca ha pedido este tipo de material y que tampoco lo difunde.
Si para J. A. los packs son normales para N. R., un universitario de 23 años, son "cochinos y asquerosos". Cuando él entró a la universidad considera que se puso de moda coleccionar este tipo de material y que entonces las fotografías y/o videos se comenzaron a distribuir como si fueran figuritas de colección de un álbum y que la mayoría de ellas era de colegias o chicas 2 años menor a él.
Estas son imágenes que circulan en grupos de WhatsApp cuando hombres se pasan fotografías y/o videos íntimos de menores de edad cochabambinas.
Fuente: Cortesía de uno de los jóvenes consultados.
" Sí es en todo caso de las chicas que yo he visto a varias ubicaba y recién salidas del cole entonces eran máximo 2 años menor que yo era como que esta mina la tenía arriba y ahora está en el celular de todos huevada porque lo que piensas de la mina se va al culo", explica N. R. cuando se le preguntó si sabía que incurría en un delito al tener estas fotografías y/o videos íntimos.
Sergio Niño de Guzmán, abogado para Naciones Unidas en la cuidad de La Paz, detalla que cuando un mayor de 18 años pide este tipo de material a una persona mayor de 10 años este incurre en el delito de Corrupción de mayores, establecido en el artículo 320 de Código Penal Boliviano. Si este material llega a ser difundido recién se considera como el crimen de pornografía, tipificado en el artículo 323 BIS del mismo estatuto legal.
Descubre qué especifican los artículos 320 y 323 BIS del Código Penal Boliviano.
Fuente: Elaboración propia.
"Osea no es pornográfico el hecho de yo pedirte por ejemplo una fotografía si sería pornográfico el hecho de que tu al mandarme ese material yo lo difundiré por distintos grupos", recalca Niño de Guzmán, demostrando que las carpetas compartidas por Dropbox con fotografías y videos íntimos de colegialas cochabambinas, que tienen los mayores de edad consultados los vuelven culpables un delito.
Carpetas en Dropbox con imágenes y videos sexuales de adolescentes cochabambinas.
Fuente: Elaboración propia, en base a material obtenido de los jóvenes consultados.
Aspectos psicológicos
La psicología, Eliana Ayala explica que las adolescentes que mandan imágenes de ellas en comportamientos sexuales incurren en el exhibicionismo, mientras mayores de edad que disfrutan observar estos comportamientos sexuales son catalogados bajo el trastorno del voyeurismo y fetichistas. Ambos despiertan una pulsión sin llegar a establecer ninguna relación física.
Presentación de los trastornos sexuales de : exhibicionismo, voyeurismo y fetichismo.
Fuente: Elaboración propia en base a información de la psicóloga Eliana Ayala.
Verónica Roque, psicóloga y Coordinadora en Fundación Una Brisa de Esperanza, asegura que las menores de edad que mandan este tipo de contenido pueden estar bajo la influencia de alguien mayor o tener el autoestima baja. Quienes solicitan y difunden estas imágenes buscan llamar la atención de la sociedad normalizando este comportamiento, sin pensar en las consecuencia.
Riesgos tecnológicos
Además de violar la ley y normalizar trastornos sexuales existe un riesgo tecnológico. José Carlos Gil, encargado de marketing y comunicación interna en Jala Soft, explica que una vez compartido cualquier material en redes sociales este no desaparece. Para este experto en informática el contenido de la World Wide Web es inmortal.
“Si bien existe el pack no sé el problema raíz no sé a quién le ha llegado primero no se incluso carecemos de esa tecnología en Bolivia de poder rastrear digital signage o IP por lo menos por ahora lo veo así igual todos somos parte del sistema todos somos tan culpables como el que lo ha hecho no creo que el que lo haya hecho nomas reside la culpa entonces no creo que pueda encerrar a medio Cochabamba todos estamos viviendo y todos estamos pasando esto”, detalla José Carlos respecto a denunciar a quienes incurren en este delito.
La advertencia del informático José Carlos Gil no es compartida por el abogado Sergio Niño de Guzmán, quien explica: "existen leyes que protegen al menor, a la integridad personal y a la imagen, esto se constituye en el marco sobre el cual también pueden protegerse los derechos en las redes sociales. Haría falta activarlos".
Según Naciones Unidas los delitos cibernéticos son los de mayor crecimiento. Esto se debe a los veloces avances tecnológicos y a que los delincuentes no requieran de grandes habilidades para ser considerados una amenaza. Con herramientas de software que permiten al usuario anular su localización, encontrar a los responsables de los crímenes es cada ves más difícil.
Con leyes que no están activas, mayores de edad que no caen en cuenta del delito que cometen, adolescentes que normalizan el exhibicionismo y el paso veloz de la tecnología; el pasarse packs será cada vez más común. Colegialas encontrarán placer en ser observadas, universitarios las considerarán como una figurita más y personas como Kevin continuarán encargándose del problema como vean necesario, propinando una golpiza a cualquiera que corrompiere a su hermana.
Nombres y apellidos se mantienen en privado a petición algunas fuentes consultadas.
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